Si nos decían en la tele que había un producto que era capaz de darnos tranquilidad aún en situaciones límite como, ponte tú, chocar el auto (y sin seguro) y, de paso, poder hacer amigos y ponerse al día con la familia, lo creíamos.
O sea, primero reíamos (y después creíamos).
Un réclame de Armonyl… antes del «guatón, tómate un Armonyl».
[vía]
0 comentan