Creo que otra vez es hora de invocar los poderes saciadores de mi Popcorn Gigante de 20 KilosTM.
Esta vez continúa la historia comenzada aquÃ, y es básicamente de todo lo que me perdà cuando dejamos de pagar cable a fines de los noventas. Sky tiende a masificar la TV satelital, se lo termina comiendo DirecTV y al poco tiempo viene la megafusión de VTR con Metrópolis-Intercom. Peeeeero... en la primera mitad de los dosmiles aparece el Canal del Fútbol, que básicamente evitó flor de duopolio. ¿Y cómo fue? Lo cuenta Canal 15 en el video de arriba.
¿En serio hay gente a la que de niños este spot les daba miedo? A mà me recuerda al Dr. Simi este mono de goma. El asunto es que en esos lejanos años 80's, el Laboratorio Chile se presentaba como la alternativa de precio justo al alcance de todos los chilenos y en fin, nada más lejano a la realidad que hoy vemos en todos los laboratorios, con sus medicamentos carÃsimos y todo eso.
Y ahora que lo sigo viendo, de verdad que me parece medio creepy todo.
Era 1997 y en Soprole ya se les estaba agotando la creatividad para inventar postres, tanto asà que tomaron un producto que ya tenÃan y lo pusieron en potes. Asà nace Manjarito, puro manjar Soprole en pote como los de los Petit Fort, un "postre" que hoy en dÃa se ganarÃa todos los sellos negros y que se promocionaba como "energÃa para jugar sin parar". Como no, con esas dosis de azúcar...
La Reversomatic fue lo más cercano que estuvimos los del pueblo de una "carÃsima" lavadora automática. Y hoy, entre tanta lavadora automática barata importada de oriente y con tambor plástico, pareciera ser que ya la olvidamos.
Pero asà era Vital a fines de los ochentas, tiempos en que aún el agua mineral "sin gas" era una rareza y las minas no salÃan con que no les gustaba el agua con gas porque les hinchaba... ¡Se la tomaban igual!
Yogu Up. Yoghurt más jugo de fruta. ¿Cómo habrá sido la combinación? No tengo más recuerdos de que haya durado este producto en el mercado. Si vamos a los recuerdos del pasado a buscar algo sobre Yogu Up, seguramente llegaremos a ese comercial de 1989 donde un infante Pablito Ruiz le recomienda a su fan consumir mentado producto porque "es rico y te hace bien". Pues antes de eso hubo un comercial donde un grupo de jóvenes pasea por ValparaÃso, por sus cerros, calles y ascensores. Por supuesto, sin sospechar que 30 años más tarde los de siempre lo dejarÃan rayado entero.
Cuando los "productos milagro" aún no los promocionaban con infomerciales. Eran fines de los ochentas cuando aparece este milagro para los canosos, que ahora tenÃan una opción para tratar sus canas sin tintura y de forma más "natural". ¿Que si funcionaba? La verdad es que nunca supe de parientes o conocidos de la familia que lo usaran. Peor, algunos en foros declaran abiertamente que es un timo.
El comercial dura medio minuto, es una fomedad, pero en fin...
Cuando echamos a andar la máquina de los recuerdos y la nostalgia para ir a buscar el yoghurt americano Soprole, siempre nos topamos con ese comercial que decÃa "en el fondo los americanos... son dulces...". Ese fue un comercial de 1988.
Sin embargo, el lanzamiento de dicho yoghurt fue 4 años antes, el '84. La gran novedad, obvio, yoghurt con mermelada al fondo del pote que uno podÃa mezclar con la cuchara. Pero la diferencia entre ambos spots, aparte de la música y la onda, era que en el primero aparecen niños. ¿Será que les fue mal con los niños y optaron por derivar el producto a un consumidor más adulto?
Hoy ya no existe en el mercado un yoghurt americano... quiero decir, ya no existe de la misma forma, ya que luego de hace unos 20 años haber descontinuado Soprole el producto, introdujo un "Batifrut Americano" (que ya no es con mermelada, sino que con fruta). Algunos dicen que fue para abaratar costos, otros que fue una buena idea y que córtala y abúrrete de querer que el pasado vuelva y traiga ese yoghurt rancio de nuevo.
Personalmente, soy malo pa' la fruta, asà que paso.
Asà tal cual, hubo un Niñogurt de Yely. SÃ, de los mismos chicos que nos trajeron aquella entrañable persecución del guatón malicioso tras la niña bonita de comienzos de los setentas. Si bien es bastante básico (y fome), no deja de ser un buen rastro de lo que fue la marca Yely a pocos años de su desaparición.