Me asusta, pero me gusta (o ¿ya volvimos a la normalidad?)
- Por William Hernández
- julio 22, 2005
Estuve fuera una semana. Espero ya haya pasado el escándalo de los gurúes, luego de la ola de comentarios, inédita en la corta historia de este sucucho. Por el link en AtinaChile vi el programa de Estamos Conectados dedicado a los blogs y que fue todo un gusto, salvo por un diputado que me anduvo lateando, claro. Opinión valida. Pero una opinión, ni más, ni menos.
El viernes pasado cuando volvÃa a mi casa me sentà más feliz y satisfecho que nunca de ser un blogger. En mi espacio, dicho de manera cursi, florecieron las opiniones. Y talvez no debiera decir esto, pero me sentà "valido" por haber dicho lo que dije y haber obtenido tal respuesta.
A la vez, esto me asusta. Siento que más que nunca se ha dado la oportunidad para que cada uno de los que escribimos blogs pueda recibir, muchas veces gratuitamente, opiniones ofensivas o degradantes. Y uno tiene que ser de fierro. Y creo no serlo. Ojalá ya tenga donde abrir un nuevo camino cuando me dé cuenta que los blogs van hacia donde yo no quiero ir. Que un blogger sale en el Canal 13 o saca nota en El Mercurio o qué se yo... y ahà aparecen como por ensalmo aquellos personajes sacando sus garras. En el corto-largo tiempo que llevo en esto, y más aún en estos dÃas en que los blogs se han dado a conocer más que nunca a través de los medios, he leÃdo opiniones muy buenas sobre tal o cual blog, pero también otras bastante filudas y, lo peor de todo, bastantes veces hacia gente que en verdad quiero y estimo y que he conocido en este mundo raro al que me vine a meter. Cuando alguien saca nota en tal o cual medio ruego que esa persona no deje de ser quien es, que no pierda el rasgo que me hizo fijarme en ella y mirar lo que publica. Una aparición más y siento que por haber conseguido eso ya es más que uno y siento que se aleja. Es un problema que tengo. Y que espero algún dÃa se acabe.
Lo siento. Esta vez sólo vine a marcar tarjeta. Y, por cierto, afectivamente sigo más solo que un dedo, pero de una mano de un solo dedo, claro.
El viernes pasado cuando volvÃa a mi casa me sentà más feliz y satisfecho que nunca de ser un blogger. En mi espacio, dicho de manera cursi, florecieron las opiniones. Y talvez no debiera decir esto, pero me sentà "valido" por haber dicho lo que dije y haber obtenido tal respuesta.
A la vez, esto me asusta. Siento que más que nunca se ha dado la oportunidad para que cada uno de los que escribimos blogs pueda recibir, muchas veces gratuitamente, opiniones ofensivas o degradantes. Y uno tiene que ser de fierro. Y creo no serlo. Ojalá ya tenga donde abrir un nuevo camino cuando me dé cuenta que los blogs van hacia donde yo no quiero ir. Que un blogger sale en el Canal 13 o saca nota en El Mercurio o qué se yo... y ahà aparecen como por ensalmo aquellos personajes sacando sus garras. En el corto-largo tiempo que llevo en esto, y más aún en estos dÃas en que los blogs se han dado a conocer más que nunca a través de los medios, he leÃdo opiniones muy buenas sobre tal o cual blog, pero también otras bastante filudas y, lo peor de todo, bastantes veces hacia gente que en verdad quiero y estimo y que he conocido en este mundo raro al que me vine a meter. Cuando alguien saca nota en tal o cual medio ruego que esa persona no deje de ser quien es, que no pierda el rasgo que me hizo fijarme en ella y mirar lo que publica. Una aparición más y siento que por haber conseguido eso ya es más que uno y siento que se aleja. Es un problema que tengo. Y que espero algún dÃa se acabe.
Lo siento. Esta vez sólo vine a marcar tarjeta. Y, por cierto, afectivamente sigo más solo que un dedo, pero de una mano de un solo dedo, claro.