¡Cuando yo sea chico, quiero un auto Cimeeeeet! Porque ése era el cuento. No un auto para cuando sea grande. No poh. ¡Un auto ahora! Los “Rodados Cimet”, a pedales, en forma de autos “de carrera”, triciclos y go karts, aunque poseÃdos por pocos, marcaron época por todas las veces que lo vimos en la tele o se lo vimos al vecinito afortunado de la cuadra, y fueron la oportunidad de muchos brocacochis de tener mucho, mucho antes de la edad adulta, su propio bólido de acero.
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Y otra vez miramos hacia una de las marcas favoritas de la casa (?!) Por alguna razón, ese cambio de década 80-90 tuvo mucho reloj por todos lados. Los relojes se habÃan convertido en un obsequio simpático y de bajo costo. Y asÃ, casi en la misma época del “Pepsi Time”, la compañÃa de la “latita azul” también quiso tener su promo relojera. Los “amarrelojes” de Nivea Creme se conseguÃan con una ficha marcada dentro de las latitas. Cuando fabricaban en Chile podÃan hacer eso. Y no se complicaron con centros de canje: el cupón se enviaba por correo postal y el reloj se recibÃa a vuelta de correo. Y ahà te lo podÃas amarrar en el cuello, en las patas, como cintillo pa’l pelo, no sé po, ponte creativ@.
En este boliche amamos los canjes. O sea, los de antes. Porque, de los de ahora, nos reÃmos no más.
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Otra de esas promos de coleccionables que nos alegraban el corazón de sólo verlas en la tele, aunque, en mi caso, jamás pudiéramos canjearlas porque los almaceneros se quedaban con todos los canjeables. Los almaceneros que conocÃ, salvo una excepción, fueron lo más nefasto de la vida.
La “Saurus Colección” de la Coca-Cola nos trajo en 1990 a los personajes de The Saurus Gang, creados en 1986 por el norteamericano Cliff Galbraith y que lograron éxito internacional. Eran personajes dinosaurios cada uno con alguna actividad propia de humanos. Cada uno tenÃa su nombre, siempre terminado en “saurus”, con su breve reseña, aunque la versión de Coca-Cola “chilenizó” algunos nombres, como Partysaurus, que aquà se llamó “Carretesaurus”. HabÃa sobres (canjeables con 3 tapas más $80) que incluÃan un colgante más un raspe, con el que era posible ganar consolas Sega Master System. Y además el cartón del sobre contenÃa un cupón que permitÃa canjear un póster.
Los personajes de la Saurus Gang original eran montones, más de 100, pero la Coca-Cola trajo un set muy muy reducido de sólo 24. Si yo fuera Coca-Cola, de más que me hubiera gustado guardarme algo para una segunda tirada o una segunda parte. Aunque eso nunca pasó. Bu.
El buen frognum le hizo un video completo en YouTube a esta promo. Recomendado.
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El año anterior, Bilz, Pap y Kem Piña habÃan lanzado los “Blokes”. Entonces llegó Soprole y sÃ, también quiso. Asà que al año siguiente… no inventaron ningún nombre para su canjeable porque, no ofenda porfa, llegaron con los “the real” LEGO. O sea, eran sets súper básicos, no venÃan ni en caja, no traÃan piezas especiales como rueditas… ¡pero eran auténticos LEGO! Cada set se podÃa canjear por cuatro tapas de Petit Punch más $200 ($1.100 corregido por inflación). Y aunque sea un set súper básico, ¡¿cómo se los pudieron conseguir por luca?!
El Petit Punch tampoco duró mucho más. Después, cuando dejaron de usar a los Picapiedra, decidieron volver a llamarlo Petit Fort e, incluso después, “Peti” Fort. “PETI” Fort. PETI. ¡PETI, P-E-T-I, por la cresta! ¡Pero cómo!
Al cabo que ya ni existe. No, no existe Petit Fort, ni Peti Fort, ni nada. Se fue silenciosamente. No nos dimos ni cuenta.
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Réclame: Y ella todavÃa no puede pedir un Mordisco, de Hucke (1982)
- Por Preto
- noviembre 19, 2024
¿O sea que la campaña del Mordisco tenÃa secuela? Pos sÃ. ¿Y la Shlomit Baytelman todavÃa no podÃa pedir un Mordisco? Pos no. ¿Pero igual pudo hacer algo? Pos sÃ.
Como no podÃa pedir un Mordisco, pedÃa varios Mordiscos. Una picardÃa muy, muy, muy sutil. Lo que se podÃa permitir la tele.
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“Soy un hacker. Mis 56 kilobytes de modem son lo más rápido que existe…” O toda esa cosa del Internet era un tema demasiado nuevo… o no hicieron bien la pega (*).
Desbloqueos como éste no me venÃan hace *mucho*. Un réclame de Almacenes Paris de fin de siglo trataba de representar a la juventud de la época con una serie de personajes al filo del estereotipo. Y no me lo nieguen: aunque lo encontrábamos súper tonto y superficial, nos sabÃamos todas esas frases. “Conozco minas que andan con el vestido de novia en la cartera…” o “No estoy ni ahà con el hip-hop…” eran las frases que, dejando a un lado qué tan acertadas fueron, trataban de representar a la juventud… o a esa juventud a la que la tienda querÃa venderle cosas. ¿ExistÃa la “Zona de contacto”? Entonces ellos dijeron “nosotros también querimoh” y lanzaron su “Zona de Vanguardia”. Porque en la época, tener una “zona”, de lo que sea y por el motivo que sea, aparentemente era algo cool. El cringe antes del cringe.
Cuento aparte para las tarjetas de crédito joven que las multitiendas (y también los bancos) ofrecÃan a estudiantes sin ingresos propios. Pero cómo. Cuando fui estudiante lo vi a cada rato.
(*) Y eran kilobits (por segundo, kbps), no kilobytes.
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Ufff… Tiempos de jabón de tocador en pastilla. ¿Alguien todavÃa usa jabón de pastilla? Hace cuatro décadas, estaba lleno de marcas y habÃa mucha variedad, incluso en paqueterÃas de barrio. Entre medio, estaba el mÃtico Rexona que, extrañamente, en este réclame no usó su clásico eslogan “no te abandona”. Regalaban montones de artÃculos de playa que se canjeaban con un cupón premiado. Toallas, bolsos, quitasoles, hasta piscinas plásticas.
Ahora, el jabón lÃquido ya lo conquistó todo. Y ya casi no se encuentran cupones premiados en nada. 40 años después, hay cosas que cambiaron demasiado.
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*toc* *toc* Fensa, hecho para durar.
La lavadora de tambor enlozado cuyo diseño y funcionalidad básicos no cambiaron por décadas. En tiempos en que en muchas casas todavÃa se lavaba la ropa a mano, en la artesa o en la batea y con escobilla o jabón Popeye, las soas que tenÃan “lavadora” ya se podÃan considerar de un nivel más arriba.
Y era cierto: estas Fensa de tambor duraban años. En tiempos en que se valoraba lo durable, el *toc* *toc* en el réclame de la tele no fallaba. Aunque, con el paso del tiempo, las piezas plásticas o de goma se rompieran, y hubiera que afirmar la manguera con un alambrito. Si hubieran llegado los marcianos armando mocha, las Fensa hubieran servido de búnker.
Un caso único.
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De arte no entiendo mucho, pero de esto... Varios años antes de esa pelÃcula de “Una noche en el museo” (“Night at the Museum”), en la tele, después de las noticias, nos pasaban el clásico comercial de la Beiersdorf de turno. Uno de ésos era éste de Parche León, ahora estrenando su variedad Mentol. El guardia de ese museo no sabÃa mucho de arte, pero tenÃa su dotación vitalicia de parches por si alguna escultura se sentÃa mal. Mención aparte para el por qué pareciera que algunas esculturas clásicas tienen poses en que pareciera que les duele algo. Porque si ese guardia no sabe, yo menos.
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Directo en el Carnet #15: Panoramix y El Futuro de Chile
- Por Preto
- noviembre 03, 2024
Sergio Lagos, un periodista atÃpico, después de pasar por Canal Rock & Pop, consigue entrar a un nuevo canal para seguir haciendo tele. Un canal que vivÃa sus últimos tiempos como estación alternativa. Y con un cuerpo de baile, como no los volvimos a ver.
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Fuentes audios:
- Tema de El Futuro de Chile
- Tema de Panoramix
- ManiquÃ
- La flor de las preguntas
- El Futuro de Chile
- EFdCh y Panoramix en CHV60 Podcast
- El desembarco de los ángeles (aquà y aquÃ)
Aquà no le tenemos miedo a ná. Bueh, a casi ná. Asà que sacamos las últimas telarañas de la ambientación de Halloween comprada en el chino para recoger el rescate del, quizás, primer réclame de Cachantún a color. Pura salud. Con esa botella curva, de vidrio y con el copihue. Un copihue que no se nota tanto (porque, literal, el réclame ya tiene 45 años), pero pongamos imaginación.
Y ya, me dio sed, asà que con permiso…
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