Para algunos, el teclado Casio fue la oportunidad de tener en casa eso mismo que ostentaban los grupos pop en sus videoclips o en vivo, pero en chico. Para otros, era la posibilidad de hacer su propia música, si se lo tomaban en serio. Para más de alguno, era el objeto ideal para hacer el loco simulando tocar mientras sonaba el demo. Y, al igual que lo fue la guitarra para otros, para más de alguno fue simplemente la salida y la posibilidad de zafar de forma cool del instrumento musical por defecto que habÃa que usar a la hora del ramo de Música: la flauta dulce. O peor, cantar.
Y asà a muchos nos apareció en la tele algo que no sabÃamos que querÃamos, hasta que lo vimos. Con un réclame muy en lÃnea con la estética que usan los japoneses para su mercado interno. El tema de los réclames japoneses darÃa para mucho, mucho.
Pero lo más extraño… es que no le decÃamos teclado.
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Réclame: El Adrián de los Dados Negros en un aviso de la PSU (2004)
- Por admin
- agosto 14, 2025
Los dosmiles dieron licencia tácita para muchas cosas. Como, por ejemplo, darle un merecido vuelco al tÃpico aviso serio del diario cuando habÃa que publicar información de subsidios, locales de votación o, como en este réclame, información relativa a la prueba de selección universitaria y al proceso de admisión. Y se acordaron que habÃa que mostrarle esto a los jóvenes… asà que rompieron la obviedad del aviso fome y se sacaron a esta estrella invitada.
Es Adrián Chauque, más conocido como Adrián (el de los Dados Negros) que, con mucha buena onda, se prestó para esto. A propósito de «Por qué me siguen las mujeres», se creyó el cuento del atractivo personal para lanzar un singular consejo por la tele: «Si tú no eres tan lindo y talentoso como yo, mejor… estudia».
Es Adrián. Son los dosmiles. No se lo sobrepiensen tanto.
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Duelo Réclame: Los primeros combitos de la «Cola Wars» criolla (Coca-Cola vs Pepsi) (1988)
- Por admin
- agosto 11, 2025
¿Otro duelo Réclame? Yep. Otro duelo Réclame.
El año 1988 fue bien simpático. En la tele, Santis querÃa darle pelea a Don Francisco. Y en la botillerÃa de la esquina, la Coca-Cola con la Pepsi estaban en su particular competencia dándose con de todo. Pero la primera ronda de combitos, una vez que volvió la Pepsi, ahora con su litro y cuarto, no fue con botellas de tres mil litros ni con megaeventos. Fue en precio. La Coca-Cola y sus amiguis se bajaron el precio y la Pepsi respondió igual. Pero quedó el gustillo a poco: si la premisa de la Pepsi era un litro y cuarto a precio de un litro, ¿por qué la Pepsi no se bajó al mismo precio?
En todo caso, fue una peleÃta que se vio mucho más en la capital, que era donde llegó la Pepsi y le pasó por encima a la Coca-Cola, al menos por un par de años.
¿Y la Free? Nah, estaba en su mundo paralelo, triunfando en los Free Concert y en el Rocangol… (?)
A Costa se le ocurrió lanzar su propia versión del Chubi de Dos en Uno y, para hacerlo, creó su propia fantasÃa futurista a lo Blade Runner con un Atari y con un par de supervigilantes que, extrañados por los incesantes «Oh» que se escuchaban por toda la ciudad, deciden ponerse a investigar.
No lo alcancé a probar. Me tinca que fue rico. Pero duró bien poco. Tal vez, porque el Chubi ya habÃa dominado sin contrapeso y estaba en todos lados.
Era bien raro todo esto, pero eran los ochentas, y como que eso lo aguantaba todo.
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Pocas cosas nos vinieron a promover aquÃ, con tanto toque internacional, que no sea USA, como los electrodomésticos de Moulinex. Y nos los presentaron con una vibra europea a tope y una cantadita voz con mucho acento francés. La «1-2-3 Moulinex», con su «corta fino, corta grueso, ralla fino, ralla grueso» se quedó en el recuerdo lejano de los que veÃamos réclames en la tele ochentosa. No era menos. HabÃan inventado algo nuevo, tres toques y ya picaste. Y además licuaba y rallaba, digamos, era una 3 en 1.
La 1-2-3 ya aspiraba a ser un tipo de electrodoméstico en sÃ, como la batidora, la tostadora… la 1-2-3. Incluso la soa que tenÃa 1-2-3 en la cuadra ya estaba un peldañito por encima del resto y se acostumbraba manejar el dato de «la vecina que tiene la 1-2-3».
Era un tiempo en que varias marcas locales aún apelaban a la emotividad con la figura de la dueña de casa que lo hacÃa todo y se emocionaba cuando le regalaban… no sé, una licuadora, ponte tú. Los de Moulinex, en tanto, fueron directos y muy modernos para la época.
Estas cosas ya no las promocionan más. Al menos no asÃ.
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¡Santo caparazón! Las Tortugas Ninja eran un hitazo y una locura y, obvio, tenÃa que aparecer su correspondiente promo. Y fue en forma de álbum, con láminas de papel, como buen álbum que se respeta (no pegando las tapas como… otros), con tapitas marcadas y hasta con sorteos de autitos con motor. No sabÃs lo que era ver eso en la tele.
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Pocos/as de aquà seguramente vieron esto en su tiempo. Antes de «Es como una amiga / casi como tú de alta / y su pelo crece / para que puedas peinarla…», Rosaura de Jesmar ya aparecÃa en nuestros réclames a poco de entrados los ochentas.
Luego, en los noventas, con un sutil cambio de nombre, la vimos por acá como «Rosalba», con ese jingle que recordamos todos. Y hubo una versión posterior del réclame que destacaba que la muñeca también cantaba. Pero si ya originalmente lo hacÃa. ¿No será, Jesmar, que entre medio aplicaste un recorte que la gente re notó, tal que tuviste que retroceder?
Rosaura fue introducida en España a fines de los setentas y fue icónica dentro de la jugueterÃa española no sólo por sus prestaciones, sino obviamente por su gran tamaño, alrededor de 1 metro de altura. Y ni la quiebra de la Jesmar original pudo con ella, ya que la nueva propietaria de la marca la reeditó hace algunos años.
Del réclame, no tengo quejas. TenÃan sólo 20 segundos y lo condensaron todo en esos 20 segundos. Y aunque estaban metiendo un montón de información, la voz suena amable y hasta cariñosa. Muy Jesmar todo. Otro tiempo.
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Réclame: Pañuelos Dualette «No te quedes en el pasado, nena...» (1987)
- Por admin
- julio 28, 2025
Asà y con la mejor vibra de cine clásico y de «Casablanca», nos presentaron en sociedad por la tele los pañuelitos Dualette. Ella, casi que rompÃa en llanto porque él se le iba. Él, en tanto, con la frialdad sólo comparable a la del corazón de tu ex, pero viendo que ella seguÃa llorándolo con el pañuelo de tela, le ofrece los nuevos pañuelos. «No te quedes en el pasado, nena». Más suaves, más higiénicos… y «son desechables». Nunca me olvidé de ese final.
Cada vez que alguien aparece recordando esto, toma una de las versiones siguientes… porque este réclame fue tan icónico que hubo al menos un par de versiones más luego de un tiempo. Pero ésta fue la original. Y los pañuelitos desechables se quedaron y los de tela no se usaron más… al menos en el dÃa a dÃa.
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El perro Lipigas en los dosmiles fue una de las pocas cosas entrañables que iban quedando de los réclames. Y esa cancioncita que llevaba cada camión repartidor, yep, también tuvo su versión «rap». Usando un montón de lugares comunes del género, pero salió.
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Si bien es cierto, al Profesor Rossa no le gustaba meter placements, a su programa no le faltaron réclames. Y ahà estaban los calzados Tom y Jerry. Ni los oompas ni yo sabemos si estaban usando el nombre de Tom y Jerry con o sin permiso. Pero el tener zapatos con las cualidades de las que éstos presumÃan, o sea anatómicos, flexibles y durables, para los más chicos de la casa, en medio de los ochentas, era algo que te tenÃa que recomendar un médico… o costaban su plata. O ambas cosas.
Este fue el primer réclame de zapatos Tom y Jerry que vimos muchos por la tele. Con una vibra cargadÃsima al futurismo y a las primeras voces sintetizadas que los computadores de esa época estaban posibilitando. Es que con cosas como ese Macintosh presentado en 1984, que además podÃa «hablar», habÃan quedado todos locos.
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No sé por qué me dan tanta risa estas cosas. Si hubo un «tropiezo» feo de la Coca-Cola en los dosmiles, fue el famoso Hugo leche y jugo. Ese año 2009, en nuestro paÃs vimos una campaña (reciclada de Argentina) que nos pintaba a este «emprendedor» ficticio que inventaba una nueva bebida mezclando leche y jugo de fruta. Y, era que no, también tuvo su «fiesta de lanzamiento», no en un gran centro de eventos, sino simplemente en el jardÃn de su casa. Están su polola, amigos y parientes… pero llega la hora de pedirle su opinión a la abuela. Y ella, con su corazón de abuelita, por no quedar mal, y en el momento cúlmine del réclame… pues que hacen uso del humor de incomodidad y nada, que con una falsa edición amateur, nos dan ese momento que, más que ser incómodo, intenta llamar la curiosidad. Esa curiosidad y ese misterio de qué sabor tiene el famoso Hugo.
La introducción de esta nueva bebida no estuvo exenta de «problemitas» en varios paÃses. El gran «pero» de Hugo era que la leche y el jugo de frutas eran minoritarios en su composición. En Chile la letra chica decÃa que era una bebida en base a leche y jugo… y nada más. Pero la versión del otro lado, por regulaciones locales, tuvo que ser más sincera: 10% de leche, 10% de jugo, y el resto eran… otras cositas. Ouch.