Esto fue un pequeño fenómeno que vivimos comenzando los noventas. Resulta que un buen día nos mostraron esto por la tele y quedamos locos: había aparecido un chupete de caramelo que en el otro extremo tenía un canasto sobre el que se hacía levantar, soplando, una pequeña bolita. Era la “Bola Loca”, un producto de la trasandina Lheritier, empresa de golosinas que al día de hoy ya lleva más de un siglo en Argentina, pero que no era conocida en Chile, por lo que alguna empresa nacional tal vez tuvo la idea de importar tan singular producto. ¿La rompió aquí? Como cantaría Lolita en la radio AM, “sí, pero no”. Lo que pasó fue que equilibrar la “Bola Loca” requería práctica y no era fácil. Entonces, como ocurre con cualquier idea que pega, apareció la copia chilena, con un canasto más grande y alguna mejora en el tubito que hacía que equilibrar la bola fuera harto más fácil. Y la copia triunfó, al punto que era difícil conseguir la Bola Loca original y se conseguía más fácil la copia. ¿Qué empresa fue la de la copia? Sospecho seriamente de Fruna (no tengo pruebas pero tampoco dudas). En todo caso, duró bastante poco la moda. Pero mientras duró, nos dejó a todos locos.

* Emitido en 1990. 

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