Cuesta creer que estos comerciales de bajo presupuesto hayan sido hechos para vender relojes hechos en... ¡Suiza! Y sorpresa me causa saber que Cornavin aun existe y tiene una larga historia (ojo, Cornavin, no CornavÃn, con tilde en la i). Yo siempre vi en los 80s estos relojes como de "medio pelo". Incluso de vez en cuando eran mencionados en rutinas de humor en la tele como sinónimo de reloj "peor es nada".
El primer comercial es, al menos, pasable. El segundo, realmente bizarro. Estas "joyitas suizas" llegaban a Chile a través de la Zona Franca (en Arica e Iquique) y tenÃan una oficina de representación en el centro de Santiago. Me pregunto qué habrÃa dicho la matriz suiza de haber visto esto.
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