Los réclames antiguos en donde aparecía gente común tienen su gustillo. Gente común hablando en términos simples. Nada de pautas, nada de esquemas. Mostrar a la gente como es y ya. Recogiendo además lo que era Otto Kraus antes de su época de oro y de esas campañas infladas, antes de toda esa camada de juguetes insignia, de los Dondos, de los Goliat, el Pony Pong y la Tuga-Tuga, antes de Telejuguetes, antes de todo eso. Era simplemente una gran juguetería, sin muchos brillos pero con mucha variedad, con juguetes para todo bolsillo, con un gran estacionamiento propio y, cuando la demanda lo exigía, atendiendo incluso en sábados y domingos, todo el día.
Adelantadísimos a su época.
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