Y ahora, otra de esas cosas que ya no se pueden hacer, como esta prestada de ropa de Popeye el Marino al Burger Inn en medio de los noventas. Popeye ya estaba un pelín desfasado, pero al menos los de Burger Inn se las ingeniaron para tener algo. Y, de nuevo, palanqueando al gringo de Ohio y sus pepinillos. Amo como lanzaban el chiste del pepinillo para desarmar el plus de los fast food gringos con su ingrediente foráneo que, en el fondo, no era un plus porque nadie lo pidió. Y con Pilón que, era que no, servía las hamburguesas.
Aunque estoy seriamente dudando de que pudiese ser siquiera factible una Espinaca Burger, como en alguno de esos antiguos cortos que en su época repetían y repetían. Nadie en la época hubiese pedido una. Tal vez ahora sí. Y las venderían como un plus.
[vía]
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