Mis dos chauchas: El fin de la televisión analógica en Chile, un final silencioso.
- Por Canal Preto
- abril 09, 2024
No puedo. No puedo con la aparición de esta campaña apenas 1 mes antes del apagón de los canales análogos. SÃ, la tele que nos acompañó toda la vida y que, recién ahora, mucha gente se está enterando que en abril próximo se va a acabar. Todo tan encima. Todo tan cutre. Todo tan sin alma.
La tele abierta pareciera ya no tener el carácter de medio de comunicación social. En tiempos en que otras formas de entretenimiento le quitaron su lugar, ahora juega a juntar las lucas, que, asumámoslo, es lo que le queda. El despliegue de la señal abierta, ahora en digital, pareciera existir por cumplir, de plano asumiendo que no es ningún negocio. Por otro lado, las potencias autorizadas no ayudan, las que son incluso más miserables para medios locales, y considerando que quedan lugares donde aún sólo llega la tele análoga, a un mes del fin.
Si me hubieran dejado armar algo, hubiera empezado bastante antes y no esperar el último mes para comunicar algo que se ha venido trabajando (y dilatando) por más de una década. Hubiera reunido a figuras históricas de la tele para “pasar el testimonio” a la generación actual, con un jingle divertido que llame la atención, como se hacÃa antes. No sé, asà pensando rápido, El Apagón de la Yuri hubiese quedado simpático. Pero las preocupaciones de los grandes medios son otras y van más por la tele paga y, sobre todo, por el streaming. No van a andar prestando rostros para algo que no les va a traer nada. La tele abierta ya parece ser más un tema de viejos. Muchos de esos mismos que en poco tiempo más se van a quedar sin tele.
En un par de meses nadie va a recordar la campaña horrendamente genérica y armada a la rápida de Los Téves. Y, posiblemente, las quejas de una minorÃa desafortunada se ahoguen bajo la gran mayorÃa, que siguió con su vida, mirando el Nefli y que se enterará en abril, por TikTok, que los canales antiguos se apagaron. Mira tú, qué penita. Como pasó con los teléfonos.
En la era ochentosa pasaban en la tele un spot de perfume que mostraba mujeres de todas las edades, felices, plenas o exitosas, asociándoles el "ser Charlie", excepto la última, una niña, de la que la voz en off decÃa "ella... quisiera ser Charlie cuando crezca". Una niña que en su inocencia no se imagina los sinsabores e injusticias de la vida adulta. Cuando niños veÃamos todo más simple y, si lo podÃas soñar, lo podÃas tener.
Hoy, más de treinta años después, "ser Charlie" ya nos parece, visto como la felicidad, la plenitud y el éxito, cosas que los "grandes" deseaban para sus hijos, pero que muchos de nosotros ya no logramos, o al menos, no en la medida que lo deseamos. Y como no lo logramos, por el motivo que sea, tratamos que nuestra descendencia "no viva las mismas pellejerÃas", como decÃa un comediante nacional por aquella época. Los llenamos y sobreprotegemos con cosas que nosotros pensamos que son indispensables y que no tuvimos: psicólogos, un buen jardÃn infantil o un buen colegio, un montón de cuidados y, después de ver un video tras otro en redes sociales de autoproclamados nutricionistas descuerando medio supermercado, les llenamos sus mochilas con colaciones saludables y agua en Tetra Pak.
Y el niño sólo querÃa ser niño.
"Aburrido de esta hueá, vivo pa trabajar y me importa un soberano pico quien lea esto."No queda espacio ni para hacer algo antes de dormir. Para eso hay que "robarle tiempo" a la noche. Salir a las 7, llegar a las 8, tecito con pan hasta las 8 y media, algo de tele, estupidizarse un poco con magazines que les llaman "noticieros", a la cama y chao. De la casa al trabajo, del trabajo a la casa.
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Paranoia, falta de experiencia de vivir en altura, llámenlo como quieran. El caso es que ya se han hecho habituales, aquà en el edificio donde está Canal Preto HQ®, y seguramente en otros edificios también, al menos un par de mudanzas por semana, si no más. Ésta es sólo una de esas cosas que nos dejó el terremoto y que no le han dado tanta bola. Porque obvio que hay más.
Y eso que la sacamos barata con el terremoto. La semana pasada llegó un ingeniero del IDIEM a evaluar los daños y no hemos sabido de ningún conserje, ni tortuga ninja con megáfono gritando como desaforado pa' arriba "¡Desalojen ya!" (y menos mal que no cobró 100 palos). Grietas por diferencia de material, algunos azulejos trizados, y serÃa todo. Pero asà y todo, hay gente que se asustó -¿demasiado?- y está mudándose de este edificio, quizá, para vivir en una casa. Gente que talvez nunca le habÃa tomado el peso o no tenÃa experiencia de terremotos en un edificio en altura, y que lo va a pensar dos, tres, mil veces antes de mandarse la misma gracia. Porque se mueve, y se mueve harto.
Pero hay otros "fenómenos" que nos trajo el "tagadá" de 8.8 Richter y que no les han dado tanta bola:
Gente comprando teles: ni siquiera de LCD o Plasma, como ésas que saquearon, sino teles comunes y corrientes, que después de todo están baratas y permiten reemplazar el veterano (o no tanto) que se sacó cresta y media en el piso con el remezón. Uno entiende que en circunstancias como ésta la gente se agolpe en los comercios a comprar radios a pila, linternas, hasta uno que otro equipo de iluminación de emergencia. Pero... ¿teles? Ni muebles, ni materiales de construcción... sino teles. Y eso lo vi todos los dÃas en el centro. ¿Tan imprescindible es la tele?
Minas con crisis de pánico ante cada remezón. Han habido réplicas chicas y grandes. Y ustedes seguramente no se imaginan lo que es trabajar en un piso 7, al lado de un Call Center lleno de minas. El dÃa del "surrealista" cambio de mando, el 11 de marzo pasado, fue dÃa perdido para muchos. Costaba trabajar asÃ. Remezón fuerte y ya medda... minas corriendo por el pasillo. Aunque, pensándolo bien... ¿les mostré las mamparas de vidrio que hay por todo el lugar?
Las grietas en las murallas ya son parte de la habitualidad. Y las barreras de cinta plástica también. Entre todo lo que no cayó, en lugares públicos, en las calles del centro, en algunas estaciones de Metro, en cualquier lugar. El otro dÃa fui a la peluquerÃa de un afamado mall y tate, ahà estaba, de abajo a arriba, mudo testimonio del suacatazo. En la consulta de mi psicóloga, también. Tremenda grieta. Imposible no hablar de eso. Y asà fue como toda la hora de la consulta nos dedicamos a hablar de eso. Yo creo que lo del terremoto les dio pauta a todos ellos como pa' dos semanas al menos. Es increÃble todas las trancas que salen a flote con un fenómeno asà y cuyo descubrimiento los loqueros pueden explotar a destajo. Impresionante.
El uso de Facebook fue permitido en el trabajo. Para no crerlo. Ese lunes (o al dÃa siguiente, no recuerdo bien) nos llegó a todos un correo de que "habÃa sido habilitado el servicio Facebook" y hasta con instructivo de uso y todo. Y con logo institucional. Priceless.
Gente llamándoles "plasmas" a los televisores LCD. Creà que éste vicio era de flaites, pero con el terremoto y los saqueos, el término se chacreó. Hace poco me habÃa comprado un plasma LCD y ese dÃa temà por su vida. Pero tenÃa tanto cable embutido por detrás, que se mantuvo firme y no le pasó ná.