Prende la Tele: La soa de la hamaca de Video Loco (1996)
- Por Canal Preto
- abril 18, 2024
Un clásico de Video Loco.
No sólo de hipnotizadores de patos vivimos el viernes en la noche. Otro clásico de los videos nacionales y que ¿ganó la temporada ‘96? fue el de la soa que no se podía parar de la hamaca. Entre todos los momentos “casi”, la niñita a la que ni le importa y que la vuelve a empujar hacia dentro, y toda la desesperación, en fin, aquí hay demasiado fail por minuto...
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Este fue el primer “gran” intento de competencia para salir con algo semejante a lo que apareció en el canal del lado, y así responderle a TVN cuando nos trajo el “Hugo”. En el innombrable, apareció la Jennifer Warner con “Segacción”, colgándose de la misma mecánica de videojuego interactivo, usando los botones del teléfono, pero con juegos de la Sega Genesis / Megadrive. Y no sólo eso, ya que presumían “tener más tecnología” (que ese otro juego del troll danés), ya que su sistema supuestamente era capaz de reconocer dos teclas a la vez, por lo que era posible saltar mientras se avanza en un plataformero, por ejemplo.
¿Resultó esa cosa rara de adaptar juegos de consola al teléfono? No sé… no sé, no sé… pero Segacción sólo duró esa temporada porque, al año siguiente, el innombrable nos trajo “Nintendomanía”, con Julián Elfenbein, programa en el cual los concursantes ya jugaban en estudio, con su debido joystick y en una consola, para ese año ya con juegos de la Nintendo 64. Espero que eso haya respondido la pregunta.
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Esta es de esas cosas que las vemos siempre y no le damos mayor peso, hasta que nos vence la incomodidad de no saber o no recordar el por qué.
Tras años de ver las repeticiones, nos preguntamos si el gato, al que Pedro echa al antejardín cada noche en los créditos, es suyo. Y sí. Los Picapiedra tenían gato. Este personaje, que en la versión original se le llamó Baby Puss, y en el doblaje en español latino se le llamó Minino Tigre, aparte de la intro y los créditos, sólo aparece dos veces en la serie original. Y lo curioso de todo es que, en ambas apariciones (S02E15 y S05E04), Minino Tigre huye de la casa, en vez de insistir en quedarse y dejar a Pedro fuera gritando “¡Wilma!”. En el primer caso, Minino Tigre huye para no comer la comida que Dino no quiso, y en el segundo, después de pasar una incomodidad a causa de Pedro durmiendo cuando, producto de los ronquidos de Pedro, Minino Tigre termina desplazado y cayendo al suelo.
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Uno de los concursos que nos presentó el Kino en el Canal 13, y que había estrenado la nueva moda de los juegos de azar en vivo por la tele, fue el “Ciclón Millonario”. Una cabina cerrada con muchos billetes, donde se metía el concursante y en donde, durante un minuto, y producto de un ciclón de aire, volaban los billetes y el concursante debía agarrarlos y mandarlos hacia afuera por una ranura.
Esto no era ningún invento revolucionario. Los gringos lo habían hecho hace rato. Pero como en Chile era algo nuevo, quedamos todos locos. Y todos teníamos nuestra técnica para sacar la mayor cantidad de billetes. No, nunca en nuestra pobre existencia nos metimos (ni nos meteríamos alguna vez) al Ciclón. Pero éramos todos expertos. Todos. Quien diga que no, miente miente con sus amarillos dientes…
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Mientras en los tiempos actuales le puedes hacer preguntas de conocimiento al computador en lenguaje natural, en la era ochentosa, en “tu canal cerca del mar”, ya soñaban con ello. Así, en el Pipiripao, Roberto Nicolini y el robot Tongas, con ayuda de un Atari, se ocupaban del infinito campo de las dudas infantiles. En el fondo, las respuestas eran frases prealmacenadas en la máquina y programadas por Gastón Centeno, camarógrafo de UCV TV y voz de Tongas en el programa, pero todos queríamos creer que el computador del Pipiripao en verdad tenía inteligencia propia y acceso a bases de conocimiento. Éramos felices sólo con creer.
Roberto sufrió un accidente cerebrovascular estos últimos días, pero ya ha comenzado a recuperarse. Ánimo, no te vayas tan pronto.
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Si bien es cierto, el programa satélite ochentero del Festival de Viña que quedó para el recuerdo fue el “Aquí, Hotel O’Higgins” de TVN, el otro canal que se atrevió a lanzar una alternativa fue el antiguo Canal 11 de la Chile con “El Festival por dentro”. En tiempos en que TVN se aseguraba a todos los artistas, no recuerdo si el espacio del 11 alcanzaba a agarrar mucho. Es más, esto está casi olvidado. Promos como ésta, llegando enero, aparecían entre los réclames en el 11.
La música característica, que también está a medio enterrar, muy a pesar de que en su época fue un clásico, es un punto aparte: “En Viña del Mar”, por Horacio Saavedra y el Grupo Madrigal. Por suerte está completa en YouTube.
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Esto es mi acto obligado de cada año. Para muchos de los que crecimos en los 80s, y en la tele, esto era el obligado de cada Navidad. Santa Claus: La película.
Fue una película que tuvo mala crítica y que nunca recuperó la plata. Le podrán encontrar un sinfín de hilachas. Y probablemente tenga toneladas de efecto cabro chico. Pero a mí, me dejó una sensación que no me la dejó ningún pobre angelito, ningún Santa Cláusula, ninguna otra película de Navidad que puedan recordar, y nada que haya hecho D*s**y jamás. Pero es que, sorry… el actor que representó a Santa, y que probablemente jamás hubiera investigado su nombre de no ser por esta película, David Huddleston, me disculpan, pero él ES Santa (o fue, porque falleció en 2016).
El trailer que vimos en la tele ese año:
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Pocos recuerdan que el “Buenas Tardes, a sus Órdenes”, en el Canal 13, tenía público en el estudio. Este espacio, que iba de lunes a viernes en la tarde, contaba con la “animación” (somos el único país de la galáctea que les llama así) de Pepe Pizarro “Yeruba”, Alejandro Chávez, que encontró pega en el 13 luego que cortaron toda la entretención en Teleonce… ¿y alguien recuerda el nombre de ella? [Tamara Sepúlveda, me soplaron]. En fin, un espacio de servicio a la comunidad aparecido mucho antes que siquiera la Eli de Caso pensara en hacer tele. Y tenían este concurso de Unimarc, mucho antes del “asaíto”, en donde la gente, luego de comprar productos de las marcas en promoción, recibía láminas que luego pegaba en un álbum… Que… ¿creías que los álbumes de laminitas eran sólo para niños? Naaaah… Y luego quienes participaran en los sorteos podían optar a premios para la casa. Pero nada de cosas demasiado ostentosas. O sea, autos modestos, refrigeradores de los más chicos, lavadoras de tambor, teles en blanco y negro, en fin, cosas que hoy no vemos como ningún lujo, pero… todos los días te salían con esto y encima en época de crisis. Era como un Sábados Gigantes chico.
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Ahora que La Red está en el hoyo, nos acordamos de todo lo que pasó el año en que apareció. Era enero de 1989 y en Perú, por Panamericana Televisión, irrumpió Giuliana Maiocchi, July para los amigos, con “El show de July”. Y tiempo después, el ‘91 y como parte de la camada de espacios fundadores de La Red, aparece haciendo “Yuly Yum Yum” aquí en Chile por el canal 4 (cambió la J por Y al llegar a Ecuador tiempo antes). La onda era montar un show “inspirado” en el de Xuxa. Pero, aunque no lo parezca, fue hecho en Chile. Lo realizó la productora Canal Uno, que venía haciendo cosas para UCV y que luego lanzaría canal propio, Gran Santiago Televisión, canal 22. Yo recordaba esto bastante más humilde. De hecho, el estudio que usó Cachureos cuando pasó por La Red andaba por ahí de tamaño con éste, si es que no era más chico. Lo más cuek era la parte de la canción que decía “háceselo sin parar”. Yo con 10 años todavía no decodificaba ese doble sentido. Pero en fin, sobrevivimos.
Entrando los dosmiles, en época de “Tu canal”, a CHV se le ocurre la idea de mostrar gente en la calle con un letrerito escrito a mano con frases varias... y que nunca supe si eran pauteadas o si de verdad la misma gente escribía su mensaje. Gente de todas las edades mandando un mensaje al país. De éstos hubo muchos. Tantos, que si me ponía a mostrarlos todos, nos íbamos a aburrir todos. Por lo mismo, tenía que escoger uno, y éste gana por lejos. ¡Y ese movimiento de cejas... pero qué necesidad!
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Aquí uno de esos momentos que difícilmente se podrían dar fuera de Argentina y de la era ochentosa. Cierto día, un agradable sujeto de nombre Benigno Escalante se animó a concursar en la tele y fue al “Si lo sabe, cante”, espacio de concurso que tenía Roberto Galán (ya fallecido) en el antiguo Teledós (canal 2 de La Plata, actualmente América), a presentar su interpretación de “The Final Countdown”, de la banda sueca Europe. Cuenta la leyenda urbana que Benigno se había preparado especialmente para la ocasión y, es más, se había conseguido la letra de la canción, peeeero... a última hora se le perdió el papel con la letra y, en tiempos sin Internet, se tuvo que presentar así nada más. El momento pudo haber quedado ahí, pero años más tarde, en el nuevo canal del otrora dueño de Teledós, Crónica TV, pasaron nuevamente el programa. Y, en fin, Internet se encargó de llevar la fama de Benigno Escalante hasta el infinito. Podrá hacernos reír esta singular interpretación, sin embargo y hasta el día de hoy muchos argentinos lo bancan a morir. Un clásico de Internet.
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Megavisión, dosmiles, hora del cuete. Hubo un infomercial que agarró fama no por que lo haya presentado Jorge Garrido, no porque llevaran invitados y nutricionistas… sino porque el panelista fijo era el dueño de la empresa Promedical (que arrendaba el espacio), José Luis Jure, a.k.a. “Pelao Forever Young”. ¿Lo recuerdan? Incluso, a altas horas de la noche, se quedaba con buena parte de la sintonía del espacio que le antecediera según el día (Dawson’s Creek o Morandé con Compañía) y más de alguna vez salió mencionado en algún tabloide a propósito de sus invitados. De no creer.
Esto es tan fome que la media hora que dura se me hizo una noche entera, y es tan flaite que en realidad el producto promocionado se llamaba "Forever Joung" (porque lo escribieron con J).
Chile enterró este recuerdo hace largo rato... pero quedan algunos que lo recuerdan.
De esto no me acuerdo de casi nada... o sea, casi nada, salvo estos créditos finales. “Sally, la brujita”, un animé que cuando lo veía en la tele ya era antiguo (se produjo entre 1966 y 1968). La letra de la canción se entendía de a pedazos, ya que tenía un sonido re cutre, pero como empezaba era chistoso y por lo mismo siempre me quedaba hasta el final: “🎶 Guerra sin cuartel a las niñas les daremos / porque son muy feas y no saben ni jugar […] ¡No nos gustan las niñas! 🎶”