La suerte es la suerte, dicen. Con lo primero que nos sorprenden los noticieros es con la erupción del volcán Chaitén y el éxodo de la localidad homónima a Chiloé y Puerto Montt. Luego de tanto detalle, la pausa comercial nos muestra el caso de una universitaria que se vino del sur a estudiar a Santiago, vio lo arruinado del departamento que consiguió y acudió a una conocida tienda. "Bienvenida a Homecenter..." dice el vendedor. Ella responde "soy de Chaitén". Que particular coincidencia. El que propuso esa localidad para la joven del comercial debió haber recibido su buen bono. MÃnimo, pos. O sea, no cualquiera tiene ese poder de anticipación... Yo reclamarÃa.
Pero hay algo que me llama la atención. Yo creo que nadie, ni yo mismo, nadie se acordaba que esta niña era de Chaitén. No se repitió el fenómeno de Cachiyuyo y su teléfono público. Lo de la compañÃa de teléfonos fue una campaña mantenida por mucho tiempo, tanto asà que quedó "en el inconsciente" y ya es parte de la cultura popular. En cambio, lo de la mina de Chaitén fue harto más piola, tanto asà que la contingencia se comió con zapatos el comercial.
¿Existirá de verdad ella? ¿Qué pensará de todo esto? ¿Extrañará a sus familiares? Sin duda, serÃa portada de LUN... ¿Exigirá retirar la campaña de los medios por el mal momento familiar y la angustia que está pasando? ¿Se lo impedirá el contrato?