Un reality onírico: la mina del ascensor

  • Por William Hernández F.
  • abril 13, 2010

 

El ascensor del edificio se convirtió en una cosa tan empelotantemente cotidiana como el ascensor de la pega. Con la diferencia que en el del edificio tengo que encontrarme con gente que no conozco. Y ojalá no me busquen conversación. No lo digo de mala persona, sino que simplemente incomoda. Un día me tocó un viejo que me preguntó cómo había pasado lo del terremoto. De lo que menos quería comentar.

Y es distinto cuando uno ya va dentro que cuando uno tiene que entrar y hay otra persona. En el primer caso, es lejos lo más penca: primero se detiene en un piso al que no te interesa ir, para que quién sabe qué cosa mutante se suba (y de pasadita me hace perder segundos de tiempo cuando voy apurado, o sea casi siempre). En el segundo caso, podría dar casi lo mismo, porque ahora es la otra persona la que no sabe qué cara ponerme, teniendo que mamarse mi compañía el tiempo que quede hasta llegar abajo. A menos que se le ocurra bajarse justo en ese momento. Y eso fue, casi, justo lo que hizo esa mina, una vecina de quizá qué piso más arriba.

A la vista tenía unos veintitantos. Vestía un abrigo tipico de mina, bufanda y botas muy adhoc al día. Producida total (a uno que se siente "quiltro" a cada rato, le llaman la atención esas cosas). Y dije "casi", porque al final fue una mezcla de ambas cosas: primero se bajó, pero cuando se dio cuenta que no era el primer piso, se devolvió. Y podría haber pasado como cualquier incómodo encuentro de ascensor, de cualquier día, pero no: tuvo que hablar. "Ah, sorry, pensé que era el primer piso..." La situación seguía incómoda, pero algo pasaba. Insisto, para mí una mina con linda voz tiene la mitad del puntaje de una. Llegamos al primer piso. Ella sale primero, saluda al conserje buena tela y nos abren la reja. Ella se apresura a salir primero, pero me sostiene la reja abierta para yo salir. Dejo que se adelante y, al rato de seguirla de tan cerca, pienso quién de los dos irá más incómodo con la situación. O al menos ésa es mi percepción. Me adelanté a ella sólo para dar por cerrado el capítulo luego. Sin embargo, seguía pensando en la remota posibilidad que me dirigiera (alguna vez) aunque sea un saludo, sin sentir el aire que se corte con cuchillo. Obvio que no, para eso están los viejos que te meten conversa con lo del terremoto.

Y como el post no lleva la palabra "onírico" en el título nada más porque sí, debo justificarlo. Y la gran razón es que, luego de eso, al par de días, tuve un sueño. ¿Les ha pasado que los sucesos de la contingencia se mezclan con pensamientos y vivencias propias creando una amalgama bizarra?

Pues bien. El sueño comienza conmigo subiendo las escalas hasta mi departamento que se supone estaba en el último piso. Y a cada piso que subía, me costaba más subir y mantener el equilibrio, por lo que me daba miedo. Al poco tiempo, descubrí el ascensor. La primera vez que lo usé, iba una mina de apariencia muy similar a la de "la vida real", acompañada de una mujer algo mayor (¿la mamá?). La mina actuaba extraña, como enferma mental. La señora que la acompañaba me comentaba (como el viejo del terremoto) que efectivamente era enferma mental, y que por ello gozaba de una beca. Al poco tiempo, ya no la acompañaba su mamá, sino que aparecía sola, y me la seguía encontrando en el ascensor. Me sonreía y saludaba cada vez que me veía. Me confesaba que no era enferma mental, sino que fingía serlo para conservar la beca. Cada día nos saludábamos, descubríamos gustos comunes entre nosotros, nos acompañábamos. Hasta que un día la acompañé a la universidad y, tomados de la mano, nos besamos. A poco de seguir caminando, ella se dio cuenta que unos amigos miraban la situación y comenzaban a burlarse. Ante esto, se enojó y me apartó violentamente para ir con ellos. Adiós, le dije y me devolví a una estación de Metro, que era de donde partía el ascensor, para llevarme de vuelta a casa.

Desearía que me explicaran el porqué de tanto ingrediente absurdo. Pero no. Ya sé qué tiene la culpa. Ese ascensor de la pega que siempre se va tan lleno y que parece Metro de lo lleno que va. Ese ascensor tiene la culpa de todo.

 

Foto de shinryuu (CC BY-NC 2.0)

También te podría interesar

0 comentan