Cuando llegué a trabajar ahÃ, llegué al piso 5, un piso que recientemente habÃa sido ocupado por la empresa y en el que, salvo los computadores, impresoras y demases, todo era viejo. Era como retroceder 20 o 30 años. Yo estaba en uno de esos cubÃculos centrales, pero el resto de mi área estaba metido en una oficina aún peor. Pero no era del todo malo, dentro de esa oficina, como no molestábamos a nadie, celebrábamos hasta los cumpleaños. En este piso nos tocaron esas jornadas maratónicas testeando servicios para la famosa Reforma. En este piso casi me agarré con mi partner. En este piso pasaba a menudo el fantasma cortacabezas y pensaba a cada momento en que me iban a despedir.
Asà como lo ven, este piso ya no existe (y ya les mostré en lo que se convirtió). Pero aún asà lo recuerdo con pena.
0 comentan