FotografÃa: forteller @ Flickr
No creo que en realidad me esté sucediendo a mÃ. O deberÃa creerlo, deberÃa reconocer de una vez por todas que me hace falta un amor. Pero uno bueno, uno con quien pueda compartir infinita comprensión e infinito cariño.
Sigo buscándote.
Me siento solo. Son tan pocas las personas que concuerdan con mis criterios para elegir una mujer para toda la vida. Los veo perseguir, como animales, a quien notan con atributos voluptuosos y exagerados.
Talvez no calzas con lo que todos persiguen. Y te escondes. Dime donde te escondes. Sólo dime dónde y saldré a encontrarte. No es posible que mueran en la indiferencia de los demás una carita escondiendo tantas ganas de sonreir, unos brazos con tantas ganas de abrazar fuerte y unos labios con tantas ganas de experimentar el momento sublime del beso. No puedes seguir pasando tus dÃas muriendo en vida. No puede pasar un dÃa más sin que recibas amor de verdad. Te veo en todas partes y lo noto en tu cara larga, en tu apatÃa frente a la rutina de todos los dÃas, en cada vez que evitas tener que mirarme. Tu apatÃa se repite tanto y en tantas mujeres como tú. La entiendo, porque ya perdà la cuenta de los dÃas en que la he vivido.
¿Me sonreirás la próxima vez que nos encontremos?
Reflexiones después de cinco años
Hace 18 horas.
0 comentan