Ayer estuve otra vez con Clau. Lo que iba a ser a lo más una hora termino durando hasta que oscureció. Pero no fue porque hayamos terminado conversando largo y tendido. Primero fue una feria mapuche al lado del edificio Raúl Devés y luego un guardia en el patio de Sociales nos metió conversa. Clau es sumamente receptiva y acepta conversar casi con cualquier persona que se lo solicite. A veces pienso que lo que hace por mà no es gran cosa precisamente por esto. Le comentaba que estaba conociendo nuevas personas a través del blog, que con algunas hablo por MSN y se ha dado buena onda. Que ya estoy abierto a conocer personas más distintas a mÃ, y ha sido por la fuerza, porque no saco nada con buscar "gente como uno" si al final uno nunca termina de conocer a las personas y luego de semanas, meses, años, darse cuenta de la verdadera personalidad del otro y que simplemente no es compatible con uno, y que pudo ser muy lndo mientras duró pero que los amigos simplemente van y vienen aunque no lo queramos. Da lo mismo a veces que las personas sean más o menos afines a uno. Hay gente falsa que simula interesarse en uno, que cambia completamente su personalidad cuando se encuentra con alguien por primera vez, que no es honesta en su actitud, o que talvez no se trata de que sea falsa, sino que es gente que está más orientada en evitar un mal rato y de ahà viene su actitud no sincera en la relación interpersonal. Las pocas cosas que juegan a favor de la Clau es que llevamos una amistad de 8 años, que hemos pasado épocas de amistad muy intensa y distanciamientos absolutos, y que por sobre todo, la quiero.
En lo poco que alcanzamos a hablar, me decÃa que cuando yo estuviera trabajando darÃa un mal trato a mis subordinados, en especial si vienen de clases populares. Ella ya sabe que por mi historia es que odio todo lo que sea flaite, poblacional, de mal vivir, alcohólico, drogo y demases. Y tiene razón. Este hecho ya está "documentado" en la sabidurÃa popular y muy poca gente lo discute. El profesional que vino "de abajo" es más "perro" con sus subordinados, porque le tocó vivir pellejerÃas y una vez arriba es hora de vengarse.
Mi amistad con la Clau se agota. Mi impulsividad a contarle todo lo que me pasa y mi carácter de "hombre lapa" la están carcomiendo. Y me entristece. Me obliga a pensar en cómo reinventar una vieja amistad, que a estas alturas siento que son las que más valen. Son como los empleados con más años en una empresa, que son los que duran en su empleo. Algo asÃ. Y peor me pone el vaticinio de que cuando trabaje seré un hijo de mil perras.
Ya no quiero contar a alguien todo lo que me pasa ni escuchar confidentemente a otro contándome su vida. No es divertido. Sólo quisiera experimantar cosas buenas de la vida. Pero esa micro no pasa por aquÃ.
Ya no me resisto un segundo más. Debo hacer algo. Debo dejar de lado el paradigma de la amiga comprensiva, todo escucha y confidente y adoptar uno nuevo, el de la amiga divertida y alegre. O mantener ambos pero centrado más en el nuevo y talvez (sólo talvez) abandonar el viejo para siempre.
Lo necesito. Y lo necesito ya.
[De 44 Shadow Lane]
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