Un nuevo dÃa y sigo podrido.
Hoy en clase de finanzas el profesor hablaba de la incertidumbre y de asumir los riesgos y explicaba que a veces cuando se tiene menos se está dispuesto a arriesgar más y que a veces la desesperación conduce a malas decisiones. Lo asocié de inmediato a mi vida, a todas las decisiones y a todo lo que hice cuando me sentÃa realmente solo (y aún lo siento asÃ). Todas esas veces cuando prometà amistad para siempre ahora me duelen y no sé si podré cumplirlas.
El pasado viernes les dije a mis partners del proyecto de WWW que yo me iba a encargar del Javascript durante el fin de semana y una vez en mi casa por un error tonto no me resultó nada y llegué el lunes en la mañana sin nada. Y me las habÃa dado poco menos que de capo del Javascript, que ya habÃa trabajado en eso y que más de alguna vez me habÃa tocado adaptar un código para uso personal (todas estas cosas son ciertas).
Ahora no prometo nada más. No espero nada más de nadie. Hasta que vuelva otra racha de optimismo como la que tuve hasta hace algunos dÃas y que duró semanas.
Las chicas huelen la desesperación. La dura que es cierto.
2 comentan
ánimo chiquillo, más de alguno ha hecho promersas que después no ha podido o no ha querido cumplir (yo he estado en las dos partes).
ResponderBorrar...lo de la deseperación puede ser cierto...pero creo que va para los dos lados.
es verdad lo que dice carly....
ResponderBorrarno siempre se puede cumplir...
lo importante es intentar...
jugartela...
ponle "punche"...
beso beso
ceci!
pd>>> las chicas no solo olemos la desesperacion....