Llegó el dÃa en que no aguanté más tanta cosa mala.
Mi hermana esperó el peor momento para "independizarse". Irse de la casa. Su plata es su plata y no le gusta que nadie se la toque. Nunca quiso ayudar a pagar el arriendo. Le daba dolor de guata pagar las cinco lucas de la cuenta de la luz. CrÃa cuervos...
Mi hermana las perdió todas conmigo. Y no me hablen más de perdón, porque a mà no me han perdonado nunca, al menos sincera y explÃcitamente.
Asà que mi opción por dejar de postear sobre mi vida y llenar el radioblog de música alegre-horrible en vez de obras-maestras-depresivas obedece a mi huida de la realidad, a construirme un mundo de Bilz y Pap y a ver qué prefieren Uds., que los llene de banalidades o que les abra una ventana a la cruda vida real.
Y si, como suele suceder, alguien no está de acuerdo con mi visión sobre "qué-hacer-ahora-que-ya-está-todo-mal-y-pareciera-no-poder-estar-peor", puede remitirse a la frase al pie de este blog.
Gracias.
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