Workless...

  • Por William Hernández
  • diciembre 27, 2004

A minutos del fin de la Navidad, me hago un tiempo para, sin internet, escribir algo de lo que han sido estos últimos días. En verdad no ha pasado mucho. Escucho un cassette de Kenny G (mal) y con audífonos (peor). Pienso en cómo un picnic aun no resulta y esta Navidad que, hasta ahora, no registra ningún regalo (algo totalmente esperado considerando un "año normal"). Quedan menos de 2 semanas para partir a lo que será mi última misión, a Negrete (VIII Región). Se vienen mis recuerdos de la misión UC en Sta. Bárbara el verano del 2003 -el antecedente de esta misión a Negrete- y, en particular, de la vez en que estuve a punto de cumplir uno de mis deseos frustrados: hacer radio. Y de otras cosas también, como por ejemplo la polola de mi viejo que ya no vive con nosotros, que trajo a sus dos hijas mayores, que me hicieron sentir un poco incómodo y de cómo fue su inusual saludo al irse en la tarde.

En Santa Bárbara hay una radio local que cubre todo el pueblo: Doña Bárbara 91.9 FM. Durante los días de misión teníamos como comunidad un espacio de media hora diaria para difundir nuestras actividades, además de lecturas y material pastoral. Uno de los misioneros de nuestra comunidad era el encargado y locutor principal. Lo había sido los dos años anteriores también. También habían otros misioneros de la comunidad que "probaban suerte" previa inscripción. Alguna vez me dijeron que leía bien. Eso me dio ánimos de decirle al encargado del llamado "taller de radio" que si podía participar un día en el programa. Me respondió que no era llegar y hablar por el micrófono, pero que podía avisarle al otro día si todavía tenía ganas, porque el programa de ese día ya estaba pauteado. Ese día era mi día de servicio, pero no había mucho que hacer, además si decía que iba al taller de radio estaba excusado de estar en la comunidad de servicio por ese día. Pero como el programa ya estaba hecho, tuve que quedarme ese día en la escuela. Pude escuchar el programilla de marras y notar que era muchísimo más "pro" de lo que yo me imaginaba. Reconozco que me cuesta modular. Desde chico. Tengo a veces problemas con las erres y con palabras rebuscadas. Y cuando me grabo y me escucho a veces no me gusta mi voz y otras soy demasiado crítico y me fijo en los detalles más chicos para decirme "no sirvo para eso". Mi inseguridad fulminante me hizo decir adios a mis ganas de locutear. Esto sumado al hecho de que al encargado del taller (y hasta en la misma radio) les había quedado gustando la voz de una de nuestras comuneras que había participado en el primer día, al punto que quedó estable en el staff hasta el último programa. Luego, el encargado dijo que ya tenían suficientes comuneros participando en el taller y que ya se habían pauteado todos los programas además de haberse grabado muchos programas por adelantado. Caput al sueño estereofónico.

Hoy la polola de mi viejo se despidió de mí con un beso en la boca. O sea, uno se besa en la boca con una persona que quiere mucho y que conoce de mucho tiempo. No sé si ella me haya querido dar ese mensaje. Cuando mi vieja estaba enferma me besaba en la boca con ella, pero eran "piquitos" no más, igual como lo que sucedio hoy. Así que no los cuento como beso beso. Espero no haber reaccionado de manera torpe y que mi viejo se lo haya tomado a bien. Dice que mientras mejor me lleve con ella, mejor para todos. Con ella regaloneo demasiado y me gusta tener ese trato. Al final no fue un quiebre. Sólo acordaron vivir separados hasta conocerse mejor, porque esto de vivir juntos fue demasiado apresurado. Cosas que provoca tener un optimismo excesivo ¿no?

Esta semana que acaba de pasar no hice casi nada. Aún me tengo que poner de acuerdo con mi amigo para crear su sitio web. Me atreví con el logo. Sorry si parece sacado de caja de fósforos (fue su idea). Así va el sitio hasta ahora.

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