El Update #1: Cambiamos logo, y otras cosas...

  • Por Canal Preto
  • enero 15, 2022

Pasaron veinte mil cosas últimamente. La frecuencia con que escribía aquí se hizo cada vez más miserable, mientras toda la actividad se fue derecho a las redes sociales, sí, ésas que nos hackean la mente día y noche. Con suerte usé el blog para avisar de las actualizaciones del podcast, si, el mismo que maté (¡ya, ya, está muerto!). Y digamos que lo que pensé y dije en su momento se cumplió en parte: cuando todos hacían blogs "diario de vida" empecé a cachar que de entre el montón (o sea, de entre todos nosotros) había blogs que se volcaban a temáticas, como la política o la tecnología, y que les iba bien y "se separaban del pelotón". Y los diarios de vida se quedaban... atrás. Aunque antes, por una pose fotogénica o escribir de algún tema atrevido te hicieras acreedor de una nota o una portada de LUN, igual después te quedabas atrás. Entonces estaba claro: hacerse temático o morir. Ahí fue cuando, de a poco, comencé a escribir de cosas antiguas. Después salté a las redes sociales (al comienzo me resistí) pero fue una partida en falso: abrí cuentas para Preto pero no sabía qué hacer con ellas. Hasta que, finalmente, opté por lo rápido y efectivo, compartir cosas en la línea del blog, como fotos o videos con cosas del pasado. Y el blog, que descanse un rato. 

Hay una cosa bakán, para mí al menos, que Canal Preto tiene y otros sucuchos no (y no, no me refiero a no hacerse el gil con las fuentes del material que publica): aquí tenemos blog con dominio propio. Eso habla del tiempo que este sucucho lleva (¡este año cumple 18 años!). Cuando Canal Preto nació en 2004 como "Hola, soy Pretoriano" (mucho antes que "Hola Soy Germán"), las redes sociales no existían, y las homepages en servicios como Geocities y similares ya estaban comenzando a quedar algo desfasadas. Si hasta el término "homepage" era pretencioso, o sea, como si la gente quisiera dejar guardada tu página para verla cada vez que abría nuevamente el Explorer o el Netscape. Lo que en verdad estaba en su momento eran los blogs. Por eso, esto nació como blog. Y ustedes probablemente son muy jóvenes, pero cuando conocí el concepto de blog, todavía no les decían blog, sino "weblog", y mi primer "weblog" lo monté antes de Blogger, modificando un "guestbook" o "libro de visitas", que era un servicio gratuito que daban algunas webs o portales, que se pagaba con publicidad y que era complemento a las "homepages" y consistía en un tablero que lo linkeabas desde la homepage y donde quien te visitara podía dejar un comentario público. Si nadie tenía el acceso a mi libro de visitas modificado, nadie escribiría en mi arcaico weblog. Ingenuo.

Pero volvamos. Le daremos un uso a esta cosa: publicar cambios o cosas destacadas que hayan ocurrido en la semana (para empezar, no sé si será más o menos frecuente). 

Nuevo logotipo

No es un misterio ni se lo oculto a nadie: he usado mil logos antes para este boliche. Ninguno me ha convencido nunca por completo (y el logo que nos acompañó hasta el 31 de diciembre pasado incluía una imagen que para usarla se debía pagar licencia, pero es tema aparte). Pese a ello, alguna gente me ha pedido que "les diseñe un logo". Sólo una vez acepté. El resto de las veces he respondido con un no rotundo. Primero, porque no soy un diseñador. Y segundo, porque respeto en demasía a quienes estudiaron Diseño por varios años para obtener su cartón de diseñador y terminar trabajando con clientes, muchas veces, verdaderos idiotas. Sin embargo, no ser diseñador de profesión no me frenó y el pasado 1 de enero a las cero horas, mientras todos se daban los abrazos, el nuevo logo vio la luz. 

Encontré muchos consejos, aunque sólo seguí algunos (si me pongo estricto el proceso creativo hubiese tomado medio año). Me fui por la idea del "menos es más", para crear algo simple, pero único y memorable. Comencé por pensar en alejarme por completo del naranjo y pensar en colores oscuros, no sólo para el logo, sino que también para el resto de piezas a usar en redes sociales, pero había un motivo por el cual no se podía: el template de Blogger me está dando error al querer guardar modificaciones, por lo que los colores del blog no se podían cambiar y hubiera quedado inconsistente. OK, el naranjo se queda (aunque sólo en el blog decidí usar un color amarillo más suave para no salirme de la paleta). Pero luego vino la forma. Un simple círculo, pensé. Es simple, recordable y calza perfecto con la forma que tienen las redes sociales actualmente de mostrar todos los avatares circulares. El logo anterior era un cuadrado y había que dejar espacio alrededor para que la forma redonda no se comiera las esquinas. 

Pero, obviamente, no podía ser el círculo pelado y nada más. Ahí pensé en que el mundo está lleno de logos que no dicen nada y que, siguiendo el consejo de gentecilla de por ahí que sabe más que uno, en el diseño y en un logo nada debería ser "porque sí". Así que había que pensar en lo que pretendía comunicar. Pensé en una comunidad y en que la gente que visita mis redes comenta sobre los recuerdos que le traen tal o cual imágen. De ahí pensé en globos de texto, pero luego frené en seco: ¡es una idea explotada hasta más no poder! Luego de varios días después de eso, pensé en que podría hacer algo con la C y la P dentro del círculo, aunque paralelamente también pensaba en una idea básica que está en todo: el todo es la suma de varias partes, cada una en su justo lugar u órden. Entonces pensé en rompecabezas. Y me di cuenta que el embone de una pieza de rompecabezas con otra tiene una forma de C. Y si espejamos o giramos en 180 grados esa C, considerando los trazos rectos, aparece la P. ¡Genial! Conseguí algo con la C y la P. Pero eso no fue nada. Grande fue mi sorpresa cuando traspasé la línea del embone de las piezas del rompecabezas al círculo para dividirlo en dos partes: la parte de la izquierda era una C perfecta. Y así ya tenía la primera parte de la pega hecha. 

Ahora quedaba el texto de la marca. En el pasado usé tipografías con demasiado detalle o, en otros casos, realmente malas, desprolijas, con detalles mal elaborados, aunque eso fue mejorando con el tiempo. Esta vez usé una tipografía simple y clásica, usé American Typewriter, que es una tipografía que viene instalada de fábrica en los Mac y que, hasta lo que sé, no tengo que pagarle a nadie por usarla (y además viene también en la app Phonto, que uso para incluir textos en las imágenes que comparto por las redes sociales). Y listo, tomé un gris desde la paleta de colores de la plantilla actual de este blog y se lo dí a la palabra Canal. Y para la palabra Preto usé el mismo naranjo del isotipo de la C. Luego, sólo quedaba escribir al lado y de corrido Canal Preto... pero todavía no me convencía. Quería darle un pelín de vuelta de tuerca al texto. Qué tal en dos líneas, montando una palabra sobre otra, me dije. Pero las mayúsculas dan lío. En minúscula entonces... no, tampoco, muy moderno y esto no calza con lo que ofrezco. Estaba en eso, cuando me acuerdo de esto y ahí mismo... ¡tate!


En efecto, en la intro de la serie "Clarissa lo explica todo", los nombres de los actores eran mostrados en pantalla subiendo las minúsculas de la segunda línea a la altura de las mayúsculas y montando la segunda línea de forma que las minúsculas altas (como en este ejemplo la letra t) no se topen con las letras de arriba. Tomé la idea, pero no puse tan juntas las líneas. Y listo, misión cumplida. 

Aunque falta contar de dónde salió el nuevo slogan (y por qué jubilamos el anterior), pero eso se los cuento la próxima semana... 

Nah, mentira, se los cuento al tirito no más. 

Nuevo slogan

El anterior slogan fue evolucionando con el tiempo, hasta que contenía todo lo que yo quería decir y encima era amigable: "Una comunidad del recuerdo con un poco de todo y para todos". Pero tenía dos problemas: el primero, era demasiado largo (no al punto de "La Corporación de Televisión de la Pontificia...", pero casi). Y el segundo problema surge de la moda actual del lenguaje "inclusivo" y su insistencia en usar "todos y todas" o al revés, "todas y todos", o alguna de las otras mutaciones que también existen, frente a la cual la simple palabra "todos", que aunque yo la entiendo perfectamente y significa "todos todos tooooooodos, el 100%, el universo completo", podría fallar y no convocar (si es la RAE o la población que habla español la destinada a definir el futuro de nuestro idioma, es una discusión en la que no vale la pena entrar). Y si le agregaba "y todas", La. Iba. A. Volver. A. A-lar-gar.

En eso aparece este video, donde, muy brevemente, se menciona el origen del nombre de una de las empresas más relevantes en la producción de medicamentos en Chile, los Laboratorios Maver. "Maver" resultó ser un acrónimo, que se forma con la primera letra de cada palabra de la frase "Mi amor verdadero es Rosa". Entonces pensé en "Preto" y en que la simplificación de "Canal Pretoriano" a "Canal Preto" y el giro hacia lo retro habían dejado completamente falto de sentido y de conexión este último nombre, pero que igual se había mantenido pese a todo y por años simplemente "porque sí". Entonces... ¿y si hago de "Preto" también un acrónimo o similar? Y tate, de ahí salió el "Para retroceder el tiempo". Puede que no sea la mejor frase del mundo mundial, pero calza. Mira tú. 

Y por último, al Cesar, lo que es del Cesar

En un comienzo, pensé que sería un tanto invasivo, pero con el tiempo no lo hallé mala idea. Desde ahora, todo lo que Canal Preto comparta en las redes sociales, en la medida de lo posible y de lo conocido, mencionará la fuente del material no sólo en la reseña o descripción de texto, sino también en la misma imagen (por ahora en videos no), de forma discreta, además de un pequeño logo. Con esto espero que, con este paso adicional, quienes toman material para publicarlo en otro lugar sin dar crédito a la fuente, mientras estén recortando la referencia o el logo (que lo podrán hacer en la mayoría de los casos, o bien pueden visitar la fuente para buscar el original) sientan un pelín de cargo de conciencia. 

Y con esto no prohibo que tomen material compartido por Canal Preto y lo pongan en otro lado. ¡Háganlo! Pero mencionen la fuente. ¡Ni siquiera mencionen Canal Preto si no es la fuente! 


 

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