En cada rincón

  • Por Canal Preto
  • noviembre 27, 2007


Hace algún tiempo dije que en esta casa un viejo vivió sus últimos días. En el momento exacto de su muerte, nadie supo nada. Tuvo que pasar casi una semana para que se dieran cuenta. Casi una semana de no verlo salir a nada, ni a comprar a la esquina. Hasta que una inusual concentración de moscas en el patio trasero dio para pensar en un final más trágico. El asunto es que el viejo murió solo.

Un par de días antes de vivir aquí, pude ver cómo sus familiares hacían limpieza del lugar. En toda mi vida recuerdo pocos lugares con tanta imágen religiosa por allá y por acá. Pero la gracia del viejo no era esa. El patio trasero lo había convertido en todo su tiempo libre en un jardín donde no había rincón en que no hubiera algo plantado. No era muy grande, pero estaba completamente poblado de verde. Bajo una parra, había varios mesones rústicos con macetas. En resumen, el jardín era el gran pasatiempo del viejo y el verdor que he logrado recuperar no es nada al lado de lo que dicen los vecinos que alguna vez hubo.

Talvez regarlo cada día en la tarde, cuando baja el sol, además de darme ese olor a tierra mojada que me gusta tanto cuando abro la ventana, talvez me sirva para caerle en gracia a ese viejo que vivió tan solitario como yo me siento a veces, y que talvez aún deambula por los rincones. Que fue feliz con su jardín, aunque sus ultimos años no le hayan importado a nadie. Porque cuando dedico cada día algo de mi tiempo a regar su obra -o lo que queda- y lo disfruto, siento que él, al menos en esos momentos, pudo ser feliz.

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7 comentan

  1. Pucha, recordando ese Top 5 que hice, morir y que nadie se dé cuenta es tremendamente triste...
    Me gusta cuando la gente deja esos legados sin proponérselo, y uno los recuerda haciendo algo tan cotidiano como regar el jardín. Linda la foto.
    Saludos

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  2. Chuta, fuerte la historia de muerte del caballero...y por otra parte bonito como de cierta forma te preocupas de continuar lo que el empezó y le apasionó..que te puedo decir.-

    Cuídate.-

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  3. Anónimo11/28/2007

    Que lindo eso de cuidar lo que tanto le costó al viejito.

    Saludos!!

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  4. Linda foto!
    Hay que regar las plantitas y abrir las ventanas, pero no sólo las físicas... también las espirituales. La soledad también puede dejar hermosos frutos, no?

    y digo frutos físicos... y también espirituales.


    Mis Saludos para Ti!

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  5. probablemente esté detras tuyo mirando como tecleas en este exacto momento. mira para atras despacio y lo verás sonriendo con los ojos inyectados en sangre.

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  6. Me encantan los jardines, no los de paisajistas sino los de antes esos que mantenían los abuelitos, intercambiando patillitas con los vecinos, sacándoles la mala hierba y regándolos por las tardes, que buena herencia te dejó inconscientemente el caballero, de hecho que tú tengas la sensibilidad para percibirlo y querer cuidarlo no creo que sea por azar, lo que muestra que finalmente el caballero no estaba tan solo

    Saludos

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  7. Jelou
    oye q jevimetal la historia, pero me encantó como la contaste.
    Parece q es una cosa inherente a la vejez q se dediquen a la jardinería.
    Yo le dedicaría tiempo, pero la tierra de mi casa es malísima, pero se me ha inflado el corazón cuando salvé una mata de matico y empezó a dar hojas más grandes, o cuando he transplantado uno q otro árbol con éxito.
    Hay q tener dedos verdes sin duda.
    Saludos!

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